San Antonio Spurs ganó por 110-95 a Miami Heat el primer partido de la final de la NBA, que estuvo marcado por la falta de aire acondicionado en el At&T Center, lo que terminó ahogando al equipo visitante y a su estrella, LeBron James.
James se perdió los últimos cuatro minutos de partido por un problema muscular tras haberse quejado varias veces de calambres y de falta de aire. Su ausencia permitió un parcial de 31-9 en los últimos 9:30 minutos con el que los Spurs dieron la vuelta al marcador.
Tim Duncan con 21 puntos, Tony Parker con 19 y el argentino Manu Ginóbili con 16 fueron los jugadores más destacados del equipo vencedor, que se sobrepuso a 23 pérdidas de pelota.
“Dejamos de perder la pelota y de pronto encontramos a nuestros jugadores abiertos”, explicó Duncan el parcial final.
“El calor ha sido importante, un factor, no sé qué le ha pasado a LeBron, pero todos sentíamos el calor, la deshidratación”, señaló el veterano capitán de los Spurs, que busca su quinto anillo y la revancha por la final perdida el año pasado ante Miami.
El próximo partido de la serie al mejor de siete se disputa el domingo, de nuevo en San Antonio. Para entonces, se espera que esté resuelto el problema en el aire acondicionado, que provocó que se alcanzaran los 32 grados centígrados dentro del estadio.
El duelo comenzó con Miami haciendo valer a sus hombres altos abiertos que luego, sin embargo, sufrían bajo el aro en defensa con Duncan.
El equilibrio lo rompió Ginóbili, que sacudió el partido con tres triples de cuatro intentos para nueve puntos, tres asistencias y dos robos que sirvieron para dar la ventaja a San Antonio al final del primer cuarto (26-20).
Los dos equipos jugaban a gran velocidad, lo que provocó pérdidas de pelota (diez de los Spurs y siete del Heat al descanso), pero en cambio ambos lograban un alto porcentaje de acierto.
Miami se acercó apretando en defensa y con los triples de Ray Allen, pero San Antonio respondió con los puntos cerca del aro de Duncan (15 puntos en seis de siete en el lanzamiento al descanso) y un 50 por ciento de acierto desde más allá del arco.
“No hay primer partido, cada partido es el séptimo partido”, había dicho James a sus compañeros antes del inicio del encuentro. Todos en la cancha hicieron creer que era el último duelo. La intensidad y la velocidad podían pasar factura, sobre todo por el problema técnico que provocó la falta de aire acondicionado en el AT&T Center de San Antonio.
Los Spurs se escaparon 58-49 al inicio de la segunda parte, pero el fuerte calor y la defensa de Miami empezó a ahogar al conjunto local, que perdió hasta nueve pelotas en el tercer cuarto. El Heat dio la vuelta al marcador, se adelantó 62-60 de la mano de Wade y de los triples de Rashard Lewis y estiró la ventaja 75-68 gracias a Allen, activo en ataque y en defensa y que desde el banquilló de Miami neutralizó la buena actuación de Ginóbili.
Miami llegó al último cuarto con una pequeña ventaja de 78-74. James era el que expresaba mayores problemas con la fatiga por el calor, lo que le llevó al banco más tiempo de lo habitual. Chris Bosh tomó el relevo anotador en el campeón, que busca el tercer anillo seguido.
Dos triples consecutivos de Danny Green, sus primeros aciertos de la noche, dieron la ventaja de nuevo a San Antonio (90-88) a 5:33 minutos para el final.
A falta de cuatro minutos, James volvió a la cancha, anotó e inmediatamente pidió el cambio por calambres en la pierna izquierda. Si Miami quería ganar el partido, tenía que hacerlo sin su gran estrella. Green anotó otro triple y San Antonio se escapó 99-92 a poco más de tres minutos para el final.
Dos triples más -uno de Kawhi Leonard y otro de Tony Parker- dieron diez puntos de ventaja a los Spurs (105-95), que fueron definitivos a 1:30 minutos para el final.
La cancha hervía con el triunfo de su equipo, mientras James, ya en el vestuario, ni siquiera vio cómo perdía el Heat, ahogado por un parcial final de 31-9.
Fuente: La Tercera
