Fue un mal partido, de eso no queda duda, ni el Tigre, ni Real jugaron su mejor partido, a los locales les costó encontrar el camino del gol, mientras que a los visitantes, el arco de de Vaca se les hizo lejano.
Pero luego de que llegó el primer gol del Tigre en las tribunas comenzó una fiesta, es que Sport Boys ya ganaba en Warnes lo que le dejaba a Bolívar sin chances para ser campeón, tricampeón. Algo que el Tigre logró hace algunos años y hoy es uno de sus mejores recuerdos en sus más de 100 años de existencia.
La fiesta de las gradas se trasladó al campo de juego, al borde del campo de juego para ser específicos, allá los suplentes comenzaron a lucir camisetas que decían “El único tricamepón Boliviano”, los jugadores se las pusieron, se sumó Pablo Caballero, que no sólo se la puso, la lució, si no que posó ante las cámaras de los medios de campo y generó un revuelo que distrajo a todos incluso en la cancha. Lo insólito es que sobre el minuto 90,Caballero seguía posando con la camiseta de los título que ganó su Club, antes de que él llegue; Y en ese preciso momento Gilbert Alvarez empató el partido. El 1 a 1 fue anecdótico, es cierto, a ninguno le cambio en nada el panorama en el torneo, pero el Tigre prefirió vivir una fiesta propia, incluso resignando puntos, para gastar al rival de en frente.
Escobar -uno que si es artífice del tricampeonato recordado- al salir dijo en síntesis eso que pasó en el Siles “Hubiera sido lindo ganar, peor bueno ya está, y esto es para recordar y muy orgullosos que somos los únicos tricampeones en Bolivia”.
