Para el Tigre el semestre ha sido extraño, primero tuvo un tiempo para re acomodar líneas que ayudó a superar la ausencia de Alejandro Chumacero, luego tuvo que ir rearmándose por distintos motivos y finalmente terminó encontrando un empujón anímico sobre el final que lo tiene peleando el título.
1. El poder de recuperación: Siempre que dieron por “muerto” al Tigre, el equipo reaccionó, incluso tuvo que oponerse a algunas posturas internas de sus propios dirigentes.
2. Fortaleza en la adversidad: Mientras más problemas tuvo, el equipo de Villegas supo hacerse más fuerte, incluso con problemas de orden económico
3. El buen momento de los que alternan: Los “suplentes” siempre que tienen que entrar desde el vamos a tapar huecos, lo hacen a gran nivel, Parada, Cristaldo, Melgar, Chávez han respondido siempre bien y a la altura de los problemas.
4. Aprender a ganar sin Pablo Escobar: Ante Wilstermann, el Tigre no tenía a su capitán en cancha e igual tuvo que aprender a ganar, lo supo y pudo hacer justo cuando más lo necesita Villegas.
5. El sprint final: Se habló mucho de los nueve puntos en Santa Cruz, y los consiguió, ganó con autoridad y eso le dio la chance de estar peleando el título en la última fecha.
LO MALO: Su falta de convencimiento en el inicio del certamen le ha costado caro, perdió muchos partidos como visitante que ahora lo tienen en el segundo lugar peleando. Y no pudo superar a su directo rival en la tabla en ninguno de los dos partidos.
