Un partido invadido por petardos al campo de juego

El hincha de Oriente hizo notar su molestia de los resultados por medio de actos imprudentes en el duelo contra Wilstermann.
Foto: Agencia Marka Registrada

Lo que empieza mal, termina mal; y así se sucedió en el duelo por el cierre de la fecha 9 de la Copa Tigo, entre Oriente Petrolero y Wilstermann que terminó con el marcador igualado de 1 a 1. Tres petardos lanzados al campo desde la curva en distintos tiempos interrumpieron el desarrollo del partido, afectando físicamente a los jugadores de ambos equipos.

El Tahuichi Aguilera volvió a ser escenario no de un fútbol que se disfruta pese a la falta de resultados; sino esta vez, volvió a ser el punto fijo de los actos de violencia por parte de sujetos ubicados en la barra de la curva de Oriente Petrolero. Previo al enfrentamiento, no había manifestaciones de lo que posterior sucedería, la hinchada se mantuvo calmada, hasta que, con el pitazo inicial, solo dejaron transcurrir un minuto para el primer golpe.

Cuando el juego se desarrollaba en área de Wilstermann, estalló el primer fuego artificial desde la hinchada en curva al perímetro del campo, afectando al arquero Quiñonez. Ante el hecho, el árbitro paralizó el partido hasta que se acaben las bombardas y regrese la calma. En ese transcurso, el capitán Maxi Caire se dirigió a la curva a conversar y tranquilizar la situación, para que 7 minutos después, con calma se reanude el fútbol.

En el segundo tiempo, la llegada del gol de Velásquez que abrió el marcador a favor de Wilstermann, provocó que la euforia y los alientos se transforme en violencia e insultos hacia los jugadores de Oriente. Otro petardo fue lanzado desde el mismo lugar del primer acto, en dirección al arco, y afectó en primera instancia a un trabajador de las cámaras de transmisión televisa, con ello, el árbitro volvió a parar el ruedo del balón.

Esta vez, duró más de 15 minutos para que las aguas se calmen de la inconformidad del hincha cruceño por medio de actos delictivos ante los resultados del equipo Refinero. La aproximación de Quiñonez y Caire a la curva no bastó para que la situación se calme, mostrando también molestia en los jugadores; por otro lado, entre los encargados se tomaba la decisión de suspender o continuar el duelo.

El diálogo entre el árbitro, delegados de ambos equipos, jefe de la policía, y comisario-supervisor, se manifestó que la policía se volvió a supervisar que en ese sector esta bien, y ya dependía de los delegados. Por el lado de Wilstermann, exigían las garantías y Cardozo expresó que “van a tirar petardo toda la noche”, y por Oriente aceptaban continuar. La última decisión la tomó el árbitro que dispuso la continuación con la advertencia de, “Un petardo más y se paraliza el partido”.

Pese al gol de César García para igualar el marcador y finalice el duelo 1 a 1 con el pitazo final, a los minutos, el campo de juego se volvió el punto fijo de los petardos lanzados por sujetos inescrupulosos desde la curva, sin medir la consecuencia de la llegada que afectó al jugador de Oriente y de Wilstermann. Este último hecho, desató no solo la disconformidad, sino también reclamos por parte del cuerpo técnico y jugadores visitantes.

Lamentablemente, los actos violentos en forma de protesta señalados desde la hinchada, responsabiliza al club local los acontecimientos, perjudicándolo en lo económico. El artículo 51 señala que, “El uso de pirotecnia, lanzar objetos al campo de juego, uso de armas blancas, hinchas en estado de ebriedad y otros descritos en dicha normativa, son sancionables de acuerdo al Código de Disciplinario de la FBF”.

De acuerdo al Código Disciplinario de la FBF, y al D.D 1515/2013, en el artículo 42 Desórdenes en el estadio, Oriente Petrolero tiene la sanción de pagar una multa. “Si durante la realización de un partido de fútbol, se produjeren agresiones, se arrojen proyectiles al terreno de juego destinado a impactar en las personas que reglamentariamente se encuentren en este, el club que actúe de local será sancionado con la suma de un mil 00/100 Dólares Americanos”.

Esto no solo afecta en lo futbolístico, sino también al bolsillo del club orientista que, al estar en deudas, se responsabiliza sin excepción de todos los actos. La duda genera en cómo se dejó pasar los fuegos artificiales, y que sucederá después para este 2 de noviembre, cuando se juegue en el mismo estadio Tahuichi Aguilera, el duelo entre Royal Pari y Oriente Petrolero.

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