A Brasil le duele Neymar, pero también lo anima y lo motiva, Cuando todavía no se había ido la conmoción -que, de hecho, no se ha ido aún- de los gritos de dolor del 10, de su dramática salida del campo en una camilla naranja que parecía trágica y del inimaginable colectivo.
Ganar por él, es el sentimiento de un país que suma a su selección, una especie de grito de guerra emocional para sumar al constante estado de sobresalto y angustia, de entusiasmo con el que este equipo juega, o intenta hacerlo, rodeado de presiones y fantasmas. Y también de limitaciones.
Intentando reeplazar a Neymar, Felipao tiene que relucir su habilidad como DT, en la última práctica en Teresópolis, en las afueras de Río, antes de volar hacia Belo Horizonte, probó con lo que sería la sustitución de Neymar. No un hombre (Willian, Bernard, Ramires), sino un sistema. Juntar en la mitad de la cancha a Luiz Gustavo con Paulinho y Fernandinho, más Oscar adelantado por la izquierda y Hulk por la derecha, dejando arriba a Fred. La intención es que los laterales puedan proyectarse.
La gran figura de Brasil, ha pasado a ser un defensor, y encima es una figura más individual que nunca: David Luiz se ha quedado sin su socio en la zaga, el inestable capitán Thiago Silva, que cuando venía recuperando su imagen de caudillo se hizo amonestar tontamente contra Colombia, y ahora le deja también el cinto al jugador de los rulos más famoso de Brasil.
El probable equipo de Felipao será con: Julio César; Maicon, David Luiz, Dante, Marcelo; Luiz Gustavo, Paulinho, Fernandinho (William); Oscar, Hulk, Fred.
