Ya son varias las expresiones de los jugadores granates que hablan más de la altura que del rival del turno. A entender de los dirigidos por el Mellizo, Bolívar propone poco fubtolísticamente y el rival está en La Paz, en su temida altura.
La soberbia y el subestimar a un equipo que ya ha demostrado sus fortalezas en el llano, una vez más ha establecido que no asimilen el empate en el Ciudad de Lanús. La prepotencia y el carácter del futbolísta argentino, hace que su orgullo esté golpeado, por eso se pueden explicar declaraciones como las del lateral derecho Carlos Araujo:
“De lo único que debemos preocuparnos es de la altura, ese va a ser nuestro principal rival la próxima semana, Bolivar no mostró nada y no juega a nada, asi que la idea es mentalizarse en ganar alla”.
O la de su capitán Paolo Goltz, que sacó a relucir ese amor propio de los jugadores del Río de la Plata, “No tengo ninguna dudas de que vamos a pasar, nunca jugué en la altura pero Bolívar mostró poco acá, empataron con un golazo y nada más”.
La cabeza de los rivales de Bolívar trabaja el doble, la altura invade a ese orgullo golpeado, los miedos de saber como responderá su cuerpo, cómo será pegarle a la pelota en una ciudad donde “no dobla”, la altura señores puede ser el gran factor a utilizar por Bolívar, para demostrar una vez más su superioridad sobre equipos argentinos en La Paz.
Según informa Marco Mejía de Pagina Siete, son 44 años de invicto de Bolívar en el Siles contra equipos de ese país, la altura señores juega y comienza a jugar en el momento en que Bolívar ahogue a su rival, en el momento en que el fantasma del 6-1 vuelva al Hernando Siles.
Los argentinos tienen como referente a Lio Messi, que dos veces sufrió “los graves síntomas de la altura”. Cómo no va ha jugar la altura el jueves.
Los más de 3600 metros -“tremendos, casi inhumanos”- se transformarán en millones de almas, empujando a 11 celestes, Bolívar debe sumarse a la campaña de muchos hinchas y disfrazarse con sábanas celestes para transformarse en el fantasma de la altura, que Lanús quede sin oxígeno, sin ideas, sin respuesta, como lo hizo Messi en su paso por el Siles.
