Visto lo de ayer o mejor dicho visto lo que fue esta Copa América, queda la sensación que con esta selección peruana nos hemos perdido de algo muy bueno. Sí, lo digo de esa manera porque el corazón de esta escuadra es ya veterano y es poco probable que le queden muchos años para mantener o subir el nivel mostrado recientemente. Tendrán la oportunidad de repetir el tercer lugar que consiguieron hace cuatro años, poco consuelo quizás.
Más allá del fenomenal trabajo realizado por Ricardo Gareca, colocando substancia en este colectivo, está el aporte y compromiso individual de las estrellas del equipo, algo de lo que careció esta selección en el pasado. En los últimos diez años siempre quedó la sensación que Perú se desempeñaba por debajo del nivel de su potencial, que no hayan sido protagonistas en las últimas tres eliminatorias y que incluso para la de Sudáfrica hayan quedado en el fondo es prueba de ello.
El promedio de edad de esta selección peruana de Copa América es de 27 años, 14 de los 23 convocados están por debajo de los treinta años y del cuadro recurrentemente titular utilizado por Gareca, de la portería hasta el medio campo están en un promedio de 24 años, por ahí claramente hay un futuro, pero arriba en la delantera, en los que hacen la diferencia ahí está el problema.
Pizarro tiene 37, Farfán, Vargas y Guerrero están con 31 años. Y estos siendo tan buenos y con tan buen curriculum recién le están dando a su selección el rendimiento que de ellos se espera ¿por qué no lo hicieron antes? Pues por lo de siempre, falta de disciplina y compromiso.
Guerrero fue un genio precoz que pronto se fue a Alemania y jugó en el Bayern y en el Hamburgo, en este último fue sancionado por agredir a un hincha, ya con la selección y en la eliminatoria para Sudáfrica 2010 insultó a un árbitro y le cayeron seis partidos de suspensión. Recién en los últimos cuatro años jugando en Brasil su aporte para la selección ha sido más regular.
Juan Manuel Vargas hace tres años era el extremo zurdo más buscado en Europa, el Real Madrid lo pretendía para que sea el nuevo Roberto Carlos, pero su estilo de vida disipado no solo hizo que sus pretendientes de alto nivel se alejaran, sino que también su club, la Fiorentina, lo preste al Génova. Esta temporada volvió al equipo viola y sin ser titularísimo ha recuperado algo de nivel, pero no como antes.
En 2007 Pizarro, Farfán y otros miembros de la entonces selección peruana, fueron suspendidos 18 meses por meter mujeres y consumir alcohol en una concentración de la selección. Aunque Pizarro ganó una demanda a la federación haciendo revertir la sanción, ni él ni Farfán contarían para la eliminatoria a Sudáfrica.
Lo expuesto arriba, más problemas internos con técnicos y dirigentes lastraron una de las generaciones más importantes del fútbol peruano después de la de los 70 y 80 con Chumpitaz, Oblitas y Cubillas. Yo creo que lo de ayer ante Chile fue más una muestra de lo que pudo ser que de lo que será el futuro de la selección peruana.
@Ernesto70Rojas
