Wilstermann aprovechó el tropiezo de Petrolero del Chaco, su escolta inmediato, para estirar su ventaja en la cima de la tabla. Tal como se preveía, el Rojo de Cochabamba ganó con comodidad la primera rueda, con un colchón de seis puntos para empezar a ilusionarse con la corona local después de seis años. La diferencia con varios de sus perseguidores, más allá de su buena campaña jugando en el Capriles, fue su registro como visitante en lo que va del torneo.
El equipo Aviador ganó cuatro de seis en condición de invitado. En los dos restantes, en canchas complicadas como Warnes y Yacuiba, no pudo imponerse. Empató en uno con Sport Boys y cayó por goleada contra Petrolero, en lo que es hasta ahora su única derrota en el certamen. De local, tras cinco partidos, acumula tres victorias y dos empates. Es decir, continúa invicto jugando en el Capriles. Sólo cedió unidades ante dos equipos que quedaron relegados en la lucha por el título: Bolívar y Oriente Petrolero.
Ahora, para consolidar su buen rendimiento en la segunda rueda, deberá visitar reductos con mucho peso histórico. Como por ejemplo, el Hernando Siles. Los dirigidos por Julio Zamora todavía deben enfrentar a los dos grandes paceños en su escenario, además de Oriente Petrolero en el Tahuichi, Ciclón en el IV Centenario, y Universitario en el Patria. ¿La ventaja de los Aviadores? Aún le quedan seis partidos en casa. Razones de sobra para la ilusión de sus hinchas.
