El presidente de BAISA, que administra al club Bolívar, fue parte de la dirigencia que clasificó a Bolivia al Mundial USA 94.
Está “orgulloso” de haber sido parte del equipo de dirigentes que clasificó a Bolivia al Mundial de 1994. “Ser parte del equipo mundialista fue la mejor experiencia de mi vida”, asegura Marcelo Claure, presidente de BAISA, quien critica la actual situación del fútbol nacional.
¿Qué significó ser parte del equipo de dirigentes que clasificó a Bolivia al Mundial?
Definitivamente marcó mi vida, lo que soy yo como persona. Aprendí que todo se puede logar en la vida. Ese equipo consiguió lo que para muchos era imposible y es llevar a Bolivia a un Mundial de fútbol.
¿Cuál fue la fórmula, qué se hizo bien?
Se hizo muchas cosas bien, una metodología de trabajo responsable, con metas definidas, con premios claramente definidos por lograr el objetivo. Un trabajo serio, ordenado y con un grupo liderado por grandes profesionales como el entrenador Xabier Azkargorta y Guido Loayza (por ese entonces, presidente de la Fedéración Boliviana de Fútbol).
¿Qué pasó, por qué no se puede repetir los éxitos del pasado en la actualidad?
Hoy hay un problema de liderazgo absoluto en nuestro fútbol y es fácil echarle la culpa a los jugadores. La culpa la tienen los dirigentes, especialmente los de la FBF, porque ellos son los líderes, los capitanes del barco y si el barco está mal manejado nunca llega a su destino y eso es lo que pasa hoy día. Es como cuando a una empresa le va mal, sería ilógico culpar a los empleados, el culpable es el líder de la empresa por no saber manejarla y lo mismo pasa en el fútbol, los responsables son los dirigentes de la FBF por hacer un pésimo trabajo en el manejo del balompié. Como dijo Guido Loayza, mientras estén los mismos jamás repetiremos la historia de 1994.
¿Qué debe pasar para que cambie la historia?
Nuestro fútbol necesita un cambio radical y para eso hay que cambiar a los líderes del fútbol. Lo piden los hinchas, los dirigentes, los jugadores y el Gobierno. En cualquier otro país del mundo – donde la gente tiene vergüenza- saldría y se escondería, en Bolivia es al revés, son caraduras.
