El 8-1 de Sport Boys sobre la selección de Palmasola solo fue un detalle más del partido que disputó ayer el equipo warneño frente a un grupo de reos, protagonista de una jornada inédita, solo vista en películas. El amistoso que gestionó Mario Cronenbold fue un éxito, en lo deportivo, económico y social. Unas 3.000 personas asistieron al estadio Juan Carlos Durán para ayudar a recaudar fondos en beneficio de los internos.
En cierto pasaje el partido se puso 2-1 favorable al equipo liguero, pero luego del tercer tanto el mejor estado físico del equipo profesional fue clave para alargar la diferencia.
Había más público que en una jornada doble de Primera A y más policías que en un clásico. No hubo incidentes antes, durante ni después del partido. Ovejero hizo cuatro, Botero y Rosado de a uno, y Ciro Justiniano marcó dos. Descontó Ronny Suárez.
Estricto control policial
La selección de Palmasola llegó al estadio con alta medida de seguridad y retornó al penal con custodia reforzada. Terminó el partido y los reclusos tuvieron cinco minutos para descansar; luego, uno a uno fue enmanillado para descartar cualquier intento de fuga
DESDE ARRIBA
Se cumplió el objetivo central
Sergio Galarza solo jugó 23 minutos porque tenía que unirse a la concentración de la selección nacional.
Según la organización, se vendieron más de 8.000 entradas, que beneficiarán a los internos de Palmasola.
Mario Cronenbold casi llora cuando se llevaban enmanillados a los jugadores rivales. “Inhumanos”, dijo.
Cumpliendo un sueño, los jugadores de Palmasola intercambiaron camisetas con los de Sport Boys.
En el primer tiempo se jugaron 40 minutos y en el segundo el árbitro terminó el partido en el minuto 39.
Fuente: El Deber
