Luego que la cruz roja confirmara el fallecimiento de Kevin Beltrán. el joven hincha de San José de 14 años, que perdió la vida en el Jesús Bermúdez por el impacto de una bengala en la cabeza. Comienzan los cuestionamientos: Por qué sonaban estruendos en pleno partido (?) , quién falló en el control de pirotecnia (?).
Seguramente la persona que lanzó la bengala, no estaba pensando en que sería un arma letal para un hincha rival, eso está claro, seguramente los que metieron pirotecnia al escenario deportivo de Oruro, no lo hicieron pensando que podían matar a alguien en esa noche. Es una realidad que los polícias que no controlaron ese contingente de mochilas en las que entraron las bengalas y bombas, no pensaron en lo que podía pasar.
Si seguimos enumerando cosas que se hicieron sin pensar en las consecuencias no terminamos, aquí la realidad es que no se tomaron las previsiones del caso, el control falló, la costumbre por las cosas -por más que sean malas- deja que el folklore del fútbol sea irresponsable.
Esta irresponsabilidad se cobró una vida. Una joven hincha que fue a ver al equipo de sus amores, terminó entregando la vida ante la ineptitud de un sistema y logística erradas. Es imposible hacer análisis de los hechos, porque todo lo que pasó fue por que se sumaron acciones sin intenciones, que a la postre terminaron por ser el inicio de una tragedia.
El fútbol está de luto, y ahora, después de lamentarnos un suceso que no tiene remedio, recién empezaremos a preguntarnos por qué falló, y buscaremos a quién falló, cuando quizás el problema estuvo en que nunca nadie pensó que todo esto podía fallar si lo hacíamos de modo irresponsable.
Desde Late, nos solidarizamos con la familia de Kevin, repudiamos la impunidad y pedimos reflexiones serias sobre lo sucedido, que no quede en que fue un accidente, sabiendo que se podía evitar, este hecho que enluta el fútbol del contienente, deja de ser un accidente.