Al inicio de la temporada, estuvo muy cerca de ser traspasado al fútbol del Medio Oriente; donde se mueve mucho más dinero que en el país. Su representante tenía todo cerrado, y parecía lo más conveniente para todas las partes, pero prefirió quedarse a pelearla en La Academia y mantenerse cerca de su familia, que pesó mucho a la hora de su decisión.
Y no fue nada fácil. Cuando se definió su continuidad en el equipo celeste, ya había perdido mucho terreno en la consideración del nuevo técnico. Le tomó varios meses recuperar su lugar en la cancha, pero con la seguidilla de partidos que caracteriza los torneos locales, las oportunidades le terminaron llegando.
Primero, fue tomado en cuenta para alinear en los partidos que se cruzaban con la participación de Bolívar en la Copa Sudamericana, pero no tuvo actuaciones regulares; después, comenzó a alternar en el banco de suplentes; y tras una sorpresiva convocatoria a la Selección nacional, volvió a aparecer en los primeros planos.
Contra San José, fue titular después de casi dos meses y por tercera vez en la temporada. Comenzó tibio el partido, y Bolívar no encontraba su mejor fútbol, pero se fue desatando a medida que corrían los minutos y obtuvo el desahogo que tanta falta le hacía: volver al gol.
No convertía desde marzo, cuando Bolívar empató a uno en su visita a Universitario de Sucre, y seguramente será muy importante para él sentirse importante dentro del equipo donde supo ser figura en anteriores campañas. Para Beñat San José, será como un refuerzo para la segunda rueda del torneo.
