Hemos conseguido un Campeonato Sudamericano de Fútbol. Es más lo hemos organizado correctamente, significando que estamos preparados para esfuerzos mayores. 1963 no puede ser un año más en la historia de fútbol boliviano. (Léase bien: no decimos fútbol cochabambino, paceño o cruceño. Decimos fútbol boliviano porque ha llegado -definitivamente- la hora de pensar nacionalmente).
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Hay que terminar con los prejuicios de muchos y con intereses de unos pocos. Hay que intentar el esfuerzo para que el fútbol -nacionalmente- tenga la misma jerarquía que ha conseguido internacionalmente.
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No hablamos de reestructuración. Esa palabra -gastada en muchos países y también en nuestra Nación- han servido como escudo e muchos intentos vanos y muchas frustraciones, no digamos reestructuración, hablemos de realización.
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La actividad futbolística de Bolivia no puede reducirse a unos pocos clubes en algunas ciudades de mayor importancia.
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No puede darse preferencia a los clubes grandes en detrimento de clubes chicos. Hagamos del fútbol boliviano una fiesta de todos los domingos en la mayor cantidad de ciudades posibles. Ya tuvimos una fiesta maravillosa, espontánea, inolvidable, como efecto de un triunfo. Hagamos otra fiesta para el futuro.
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Hemos demostrado que somos capaces de organizar con escasísimas fallas. Hemos mostrado que podemos trabajar en orden y armonía. No tiremos -como inútiles- tantas experiencias y éxitos.
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La Federación Boliviana de Fútbol cumplió su promesa de un Sudamericano en nuestra tierra. Ahora invocamos su fervor para lograr el torneo nacional de fútbol que todos esperan, que todos ambicionan, que todos quieren ver. Pensando que los dirigentes pasaran las obras quedan, ha llegado el minuto de mostrar que la obra comenzada en marzo puede continuarse.
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Editorial escrita por Mario “Cucho” Vargas, en la revista PANORAMA, publicada el 23 de abril de 1963.
