El debate y la polémica por el estado de los campos de juego en el país permanece. Desde el reclamo de Francisco Da Costa, al apoyo de sus compañeros por un lado o la respuesta de los rivales por el otro, la controversia no se detiene. Lo cierto es que de cualquier forma, como si se tratase de una escena de cine, el show debe continuar, sin olvidar que estar en constante mejora es parte de la necesidad del fútbol en Bolivia.
Todo empezó con un reclamo de Francisco Da Costa, figura del triunfo de Bolívar ante Libertad Gran Mamoré por la fecha 9 de la Copa Tigo el 30 de octubre. “Esto es impresentable. Ahora se entiende la frustración de Marcelo Claure por lo que invierte en Bolívar y consecuentemente en Bolivia, él intenta hacer las cosas bien pero la Federación Boliviana de Fútbol jala todo hacia atrás cuando nos presenta cosas así. Esto no es fútbol porque perjudica a la Liga”, aseguró el atacante a Tigo Sports en referencia al campo de juego del estadio Gran Mamoré.
Ya el 5 de noviembre, la Academia visitó a FC Universitario por la fecha 29 de la Liga, el resultado fue empate y la polémica por las condiciones del terreno de juego del estadio Municipal de Quillacollo también estuvieron encendidas. “La realidad de nuestro fútbol es esa y no voy a permitir que gente que viene de otro lado diga estas cosas. Sabemos cuál es nuestro problema y tenemos el apoyo de la Alcaldía para mejorar. Si no te gusta tienes que irte y el que habló no vino por miedo”, declaró Pablo Godoy, entrenador del equipo Manzanero.
Sin mucha espera, los jugadores celestes se unieron al pedido de mejores condiciones para la siguiente temporada. “El 2024 el fútbol de Bolivia merece gente que esté detrás de la regularización de los campos”, reclamó Patricio Rodríguez. No fue menor la incomodidad en Bolívar, es más, mediante un comunicado se exige por una retractación del estratega paraguayo. “El respeto y el compromiso ético deportivo deben prevalecer”, sostiene el escrito.
