El argentino cumplió con muchos creces en su debut con la Selección Bolivana, dos juegos que lo ponen como el mejor en promedio de los partidos de octubre.
Un gol y una asistencia son los números frios de Lizio en Boliiva. Pero en el fondo fueron un poco más que eso, fue en Brasil, el único jugador con la capacidad de hacer algo distinto, de dar una respuesta en el momento de mayor desconcierto. En Chile fue mejor rodeado, sociedades con Dalence, con Saucedo, con Hurtado, coberturas, despligue, menos sacrificio de marca por el oficio de Azogue. Le dieron más libertad y el “Enano” respondió bien.
Cuatro meses como boliviano para Damián Lizio, confesó no saber el himno nacional, y le dio la tarea a su esposa para que se lo enseñe, padre un pequeño boliviano, ahora también un integrante casi fijo del nuevo ciclo en la verde.
