MOSCÚ. Teníamos una cita pendiente desde Brasil 2014, necesitábamos conocer al juego de Bélgica, con un equipazo, lleno de estrellas del fútbol mundial que tienen el gran desafío de su carrera en esta sinergia de talento con una generación de lujo que se juntó ya madura en Rusia 2018.
Y fuimos con una alta expectativa de ver buen fútbol, y nos fuimos con los ojos llenos, un partidazo, no sólo por lo expuesto y que detallaremos por Bélgica, sino, también por el gran amor propio que tuvo Túnez, un equipo preparado para el desafío y que expuso una buena resistencia, pero fue ampliamente doblegado.
Es que Bélgica genera mucho fútbol con Hazard, De Bruyne, Carrasco, Mertens en el medio tiene mucho juego, y para colmo tiene un delantero letal y exquisito a la hora de definir. Romelo Lukaku es junto a Cristiano, uno de los goleadores del torneo, con dos dobletes en dos partidos, una bestia goleadora y ambiciosa.
Fue un espectáculo, muchos jugadores confirmaron su gran momento, por segunda vez mostraron un gran partido en este Mundial, y ahora viene el gran desafío, pelear el primer lugar, si lo consiguen, serán también firmes candidatos a pelear el podio -cómo mínimo- es un equipo completo, son lo que esperábamos ver, y nos regalaron un gran espectáculo, como dicen después de la tormenta, siempre llega la calma y esta calma llegó con fútbol. Ahora emprendemos de nuevo un viaje corto, que esto sigue y queremos más días como el de hoy.
