Messi la pasó mal desde que pisó suelo paceño, puede ser su organismo, o quizás comience a necesitar terapia cada que su selección viaje a Bolivia.
“La verdad es que sabíamos que iba a ser un partido así. Lo planteamos de esta manera, y así y todo tuvimos nuestras ocasiones. No pudimos aprovecharlas. Al final yo también tuve una y no la pude concretar”, analizó Messi, instantes después del final del encuentro, con el poco aire que le quedaba. Y agregó: “El punto es importantísimo. Ellos están acostumbrados a jugar acá, así que el empate es bueno. Además, creo que no fueron mucho más que nosotros. Fue un partido parejo”.
Si bien tuvo una labor aceptable, ocurre que Messi mal acostumbró a propios y extraños a un nivel superlativo. Por eso, extraña que juegue por debajo de lo que acostumbra. Entonces, termina siendo extraño que no convierta goles.
Casi de entrada quedó claro el respeto que tanto Messi como sus compañeros le tuvieron miedo a la altura. El capitán del equipo argentino realizó una entrada en calor muy liviana, y así y todo debió agacharse a recuperar el aire tras el esfuerzo. Reguló durante todo el partido, y cuando tuvo la oportunidad de hacer un pique fundió.
Al final del partido en la nota con la TV Pública de su país dejó claro “Es terrible jugar acá”, la frase de Messi que empieza a dar la vuelta al mundo, será tiempo de encender las alarmas ante la arremetida rio platense contra La Paz.
