Bolívar y su entorno más cercano ha vivido una jornada histórica y llena de emociones a flor de piel. Desde bebés hasta personas de la tercera edad sintieron no solo el ambiente que a menudo percibe el primer equipo, también disfrutaron de un momento único en la historia del club. Fruto de las palabras, algunas acciones y muchos reencuentros, hubo un sinfín de sentimientos encontrados por la inauguración del Centro de Alto Rendimiento Guido Loayza Mariaca.
Marcelo Claure y Guido Loayza protagonizaron el momento que causó más sensaciones, principalmente por el discurso previo y el posterior. Previamente, los videos iniciales ya habían puesto nostálgicos a los socios y a algunos dirigentes. Luego, el mandamás de Bolívar comenzó hablando del Plan Centenario y el primer gran sueño que se cumplía; cerró revelando el nombre del CAR honrrando al “mejor presidente en la historia del fútbol boliviano”.
El epílogo del acto principal tuvo las palabras de Guido Loayza. Agradeció a todos y mencionó: “Muchas gracias a Dios que en su infinita sabiduría hizo el cielo celeste”. Todos los presentes de pie lo colmaron de aplausos, algunos lo hicieron emocionados. Socios, dirigentes, exdirectivos, primer equipo, cuerpo técnico, exfutbolistas y otros personajes disfrutaron de la última acción a pesar del arduo calor del momento, el corte del listón.
Como si eso fuera poco, hombres y mujeres tuvieron de cerca a algunos de sus ídolos. Muchas generaciones conocieron a quienes quizá solo conocían sus nombres, las leyendas del club. No solo consiguieron fotografías, también lograron verlos en cancha. Las emociones fueron mutuas porque muchos exjugadores se sintieron honrrados de volver a jugar al fútbol vistiendo la casaca celeste.
Iván Castillo expresó su emoción que hasta pudo terminar en lágrimas, pero le ganó la alegría de verse con “viejos jóvenes amigos”. Así como hubo algunos que retornaron a las canchas, otros se estrenaron con la camiseta de Bolívar; entre ellos estuvieron Beñat San José, Dardo Gómez y Claure que expresó públicamente el orgullo de atajar para su equipo en un día tan especial. Bolívar se colmó de emociones.
