Soplan aires de intervención

Para beneficio del fútbol, parece que los dirigentes que estaban enfrascados en una batalla verbal pusieron la cabeza en el refrigerador y bajando decibeles.

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Para beneficio del fútbol, parece que los dirigentes que estaban enfrascados en una batalla verbal pusieron la cabeza en el refrigerador y bajando decibeles en sus declaraciones permiten ingresar en un terreno de serena actitud, que es campo fértil para buscar soluciones al gran problema en el que se debate el fútbol en general y, fundamentalmente, el profesional.

Sin embargo, de ahí a pasar al sector de la indiferencia, que tanto daño le hizo al popular deporte, no debe permitirse.
Parece que las declaraciones de los federativos, que no darán un paso al costado, y la ratificación del cuerpo técnico que dirige la Selección mayor han acallado los exaltados ánimos, lo que tampoco significa buen síntoma.

El pedido popular de buscar un cambio radical, empezando por las estructuras de los entes jerárquicos del fútbol y siguiendo por el de autoridades, sigue en la mente del aficionado.

Quienes no son amigos de una intervención, que sería el último recurso, no parecen darle mayor importancia a las declaraciones del presidente Morales, como del ministro de Gobierno y otras altas autoridades estatales.

Personalmente creo que es una sutil llamada de atención a los directivos para que sean ellos quienes se apresuren en encontrar un remedio para el endémico mal y no obliguen a una intervención del Estado que muchos medios y aficionados ya vislumbramos como única solución.

Los que están ahora en el mando no quieren perder la gran ocasión de ser invitados especiales del Mundial brasileño y se aferran al cargo.

Los que buscan el viraje no tienen candidatos de consenso, un síntoma más para creer que los aires de intervención seguirán soplando y cada vez con más fuerza. ¿No les parece?

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