En sólo dos minutos, el Tigre resolvió la ecuación que había traído la U y que le ocultaba variables para resolver el problema.
La U planteó un encuentro con mucha gente en la zaga y apostó por jugar con los nervios del local. La fórmula no era mala porque en 45 minutos de partido el Tigre no encontraba el camino y las pelotas cada vez, con un grado más alto de desesperación, morían en las manos de Olivares o se iban lejos del arco docto.
Pero con ya dos minutos de adición y tras una serie de rebotes Cristaldo cazó una pelota suelta para abrir la cuenta, un minuto después, en el tercero de adición, Escobar, amplió la cuenta puso el segundo y fue casi una sentencia al partido, porque segundos después terminó el primer capítulo. La visita comenzó con otro plan el segundo tiempo, un nuevo plan defensivo, pero el Tigre lo sorprendió a los 65 y Pablo Escobar se encontró solo con la pelota, encaró al área y definió con gran maestría sobre el arquero chileno. Eso liquidó cualquier intento de reacción en los capitalinos, y los de Achumani se hicieron grandes, ahora son el “cuco” en la tabla, respiran en la nuca del líder y van por su premio de Copa Libertadores en este Clausura.
