NEW YORK. Es la sede que más anuncios tiene de la Copa América, la final del evento se vende por si sola y por eso los carteles de publicidad en las estaciones de subterráneo, trenes, en las publicidades estáticas en las carreteras, se habla del gran día, el juego del 26 de junio en MetLife.
También es la sede donde más merchandising hay en las calles, cuando uno habla con gente del lugar, más si no son norteaméricanos, al escuchar que somos de Bolivia, responden que se está jugando una Copa acá. El mes de torneo, más el nivel de Lio Messi, han ayudado a que la Copa se instale por primera vez en estos casi 30 días en una sede.
Tanto, que uno de los edificios emblemas de la ciudad, el Empire State, lució los colores de los finalistas de la Copa América Centenario, y lucirá así hasta el domingo por la noche cuando tome los colores del campeón únicamente. La Gran Ciudad, que respira un día a día de locura constante, que delira por los Yankees y que admira -como casi todo Estados Unidos- a LeBron James, ahora habla de Messi, de una Copa, y aunque no está del todo instalada, la Copa América, logró hacer que entre tantos taxis amarillos, haya un poco de ambiente de fútbol.
